
Historia
Si bien existen instrumentos muy antiguos semejantes al arpa, debe tenerse en cuenta que la clasificación de Hornbostel y Sachs distingue entre los cordófonos tipo arpa (con un mástil que cierra el arco) y los tipo arco
(que no disponen de ese mástil). Así pues, varias de las primitivas
arpas que se describen en la historia del instrumento son literalmente,
arcol mundo, al igual que en distintas épocas. Pertenece al grupo de los
cordófonos. Se conocía ya en la antigua Asiria, en Israel y Egipto, de donde pasó a Grecia. aron el término griego ki‧thá‧ra para traducir la palabra kin‧nóhr más o menos la mitad de las cuarenta y dos veces que aparece en el texto hebreo. La ki‧thá‧ra era un instrumento parecido a la lira (en griego lý‧ra), pero con una tabla de resonancia más llana.
Fue un instrumento muy de moda durante la Edad Media, siendo abandonado durante el Renacimiento. Se recuperó en el siglo XVIII, cuando se le agregaron los pedales
Dos modelos
Se puede dividir el arpa europea en dos modelos:
- «Arpa medieval», (de origen irlandés), también conocida como arpa bárdica. No superior a los 75 cm de altura y de afinación diatónica, cuerdas metálicas, ornamentalmente rica en tallas, dibujos e incrustaciones de metal. En la actualidad aún se tienen dos ejemplos claros, uno es el arpa del rey Brian Boru (muerto en 1014) que se puede encontrar en el Museo de Dublín, y otra es el arpa de la reina Mary de escocia, en el Museo Nacional de Edimburgo.
- «Arpa celta» (de origen galés), puede tener hasta 105 cm de altura, 34 cuerdas y con la posibilidad de incorporar sistemas de semitonos.

Ambas tienen el pilar curvado y su caja de resonancia se ensanchaba en las cuerdas graves
Aparición del arpa de orquesta
El arpa medieval era diatónica, y el arpa moderna, por el contrario, nació con los primeros intentos de cromatismo que la evolución de la música occidental exigía. Los primeros intentos surgieron de los talleres de luthiers irlandeses en el siglo XVI, que proveyeron al arpa de una doble fila de cuerdas. En el siglo XVII
se incorpora una tercera fila, la 1ª la 3ª fila eran diatónicas
(29 cuerdas cada fila) mientras que la 2ª fila, con 20 cuerdas, estaba
reservada para los semitonos.
A mediados del XVII unos constructores tiroleses inventaron el arpa
de ganchos, con los cuales era posible estirar la cuerda y subirla un
semitono. En esta época fueron muchos los mecanismos incorporados para
subir el tono, pero todos accionados manualmente, por lo que debía
hacerse antes de empezar la interpretación.

Los pedales se hallan unidos a unos listones de acero
que se introducen en la columna, estos terminan en un mecanismo situado
en la consola que, a su vez, está formada por varias capas de sicomoro y
serbal. Dicho mecanismo, muy elaborado, lleva dos sistemas de
horquillas, discos provistos de tornillos ajustables entre los cuales
pasa la cuerda. Cuando un pedal –llamado de doble acción– se suelta
(posición de reposo en la muesca superior), la cuerda pasa libre entre
los tornillos (bemol); enganchado en la muesca intermedia, el pedal
imprime a los discos una revolución parcial que produce el 1ª semitono
(becuadro); enganchado en la muesca inferior, el pedal provoca la
continuación del movimiento, lo cual da lugar al 2ª semitono
(sostenido). Cada uno de los siete pedales actúa sobre todas las octavas
de una misma escala, pudiendo ser accionado dos veces, subiendo
sucesivamente un semitono en todas las notas de la misma tonalidad.
Ahora el número de cuerdas se eleva a 47 y son de clases diferentes. Hay 26 en el registro medio que son de tripa de carnero, 10 u 11 en el registro agudo que son de nylon, en tanto que las 12 restantes son de alpaca o cobre (entorchadas en acero) para el registro grave. La extensión es de 6 octavas y media (desde do1 (alterable mediante afinación manual) a sol#6): después del órgano y el piano, el arpa es el instrumento con la extensión más amplia.

Tanto las sencillas arpas medievales, pasando por las elegantes
celtas y las muy estructuradas arpas de orquesta, invitan a su
constructor a armarse de imaginación e ingenio para solventar las
posibles dificultades que puedan cruzársele en el maravilloso sueño que
es la construcción de un arpa. Los mecanismos opcionales como los
sistemas de semitonos, clavijas y puentes se encuentran en el mercado a
disposición del comprador.
Este viaje litúrgico de la historia y arquitectura del arpa hace
diminuto honor a la importancia que se merece pero puede ayudar a quien
hasta ahora desconocía muchos datos de este bello instrumento. Puede que
su industrialización mengüe su calidad, pero hace más fácil que la
gente pueda adquirirla por un precio cómodo y asequible (sobre todo en
las arpas celtas).
Una variante de las arpas es la cromática que posee el doble
de cuerdas que una convencional (que son 47 para la de orquesta) y el
arpa mágica o colombina que posee 17 cuerdas.
Extensión del arpa representada en un teclado de piano.
El arpa en la música
El arpa se usa ampliamente en la música académica, normalmente para efectos como el glisando o los arpegios. En la ópera italiana y alemana se usa para arias románticas y bailes, como el «Vals de Musetta» en La bohème. Compositores franceses como Claude Debussy y Maurice Ravel compusieron conciertos para arpa y música de cámara que se siguen interpretando. Durante el siglo XIX, el compositor y arpista francés Nicolas Bochsa compuso cientos de piezas de todo tipo (transcripciones de ópera, música de cámara, conciertos, óperas, métodos para el arpa).
Los arpistas del siglo XX Henriette Renié y Marcel Grandjany
compusieron muchos solos y piezas de cámara que figuran en el
repertorio de arpa. Los compositores modernos utilizan el arpa con
frecuencia porque los pedales de un arpa de concierto permiten toda
clase de escalas y sonidos con efectos, aunque algunas piezas modernas requieren mucho uso del pedal.
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